A veces no somos conscientes de cómo influye nuestra manera de pensar en cómo percibimos el mundo que nos rodea, en qué emociones nos invaden y cómo esto junto con nuestro comportamiento puede estar afectando a nuestra salud y bienestar. De la misma manera que nos marcamos objetivos en nuestro trabajo o en nuestra vida personal es fundamental que fijemos objetivos de salud. ¿Qué significa tener buena salud para ti? ¿Cómo de bien quieres sentirte para disfrutar de la vida y afrontar cualquier desafío? ¿Sabes que tu manera de pensar hoy puede ser uno de los indicadores más precisos de cómo será tu salud en el futuro? Con el desarrollo de las neurociencias queda demostrado la relación mente-cuerpo, podemos programarnos a nosotros mismos bien para gozar de una buena salud o para recuperarnos de una enfermedad. Nuestra actitud, nuestras creencias, nuestros hábitos favorecen el proceso de curación.
La Programación Neurolingüística facilita herramientas que nos permiten conocer cómo funciona nuestra mente y qué podemos hacer para que trabaje en nuestro propio beneficio. Así, un estado de ánimo positivo nos proporciona paz interna, una sensación de bienestar, de equilibrio que favorece la salud y prolonga la vida. Cuando dos personas que tienen la misma enfermedad, son tratadas por el mismo médico, y recibiendo el mismo tratamiento una responde hacia la curación y la otra no: ¿Dónde está la diferencia, qué hace que su cuerpo responda de distinta manera? A veces no basta con tener buena voluntad para curarse, hay que descubrir el camino, el cómo hacerlo. ¿Qué hace diferente la persona que se cura, cómo lo hace? Hipócrates, el padre de la medicina, compartió una gran enseñanza: «Las fuerzas naturales que se encuentran dentro de nosotros, son las que verdaderamente curan las enfermedades».